Lo del arbitraje del pasado martes en el Camp Nou, sólo se puede entender siendo mal pensado. La designación del alemán Wolfgang Stark para uno de los partidos más importantes de la temporada parece muy meditada por parte de la UEFA para favorecer el pase del Chelsea a la final de la Champions. Parece que les deban algo, y más aún cuando buscando información descubres que este tío es simpatizante declarado del Bayern de Munich (en Alemania, ningún equipo quiere que les pite él contra el equipo bábaro) y además es amigo personal de Michael Ballack. No podía entender que no le expulsara el otro día y que no castigara con tarjetas, entradas de juzgado de guardia por parte de los jugadores del Chelsea y sólo les advirtiera verbalmente. Sin embargo no dudó en amonestar a Puyol en la primera entrada que hizo en una decisión que hará que se pierda el partido de vuelta en Londres. Supongo que es casualidad que Stark fuera el árbitro del Olympique de Lyon-Barça, en el que también amonestó a Puyol. El elemento en cuestión fue también el mismo árbitro que no permitió suspender el partido entre el Celtic y el Barça en Celtic Park el 11 de marzo del 2004, el día del peor atentado de la historia de Europa en Madrid.
Por suerte sólo estamos en el descanso de la eliminatoria y confío que en Londres se haga justicia y el Barça pase a la final y se premie el jogo bonito y no el anti-fútbol.
Que triste también ser seguidor de este Chelsea...
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